Fuimos a un curso de iluminación en estudio y de paso probamos los pinchos y los vinitos, jeje...
El chuletón no estaba nada mal... eskerrikasko!
Gracias Toni por invitarme a compartir esta experiencia, gracias Amaia por la compañia!
“Nosotros los indígenas sabemos del silencio. No le tenemos miedo. De hecho, para nosotros es más poderoso que las palabras.
Nuestros ancianos fueron educados en las maneras del silencio, y ellos nos transmitieron ese conocimiento a nosotros. Observa, escucha, y luego actúa, nos decían. Ésa es la manera de vivir.
Observa a los animales para ver cómo cuidan a sus crías. Observa a los ancianos para ver cómo se comportan. Observa al hombre blanco para ver qué quiere. Siempre observa primero, con corazón y mente quietos, y entonces aprenderás. Cuando hayas observado lo suficiente entonces podrás actuar.
Con ustedes es lo contrario. Ustedes aprenden hablando. Premian a los niños que hablan más en la escuela. En sus fiestas todos tratan de hablar. En el trabajo siempre están teniendo reuniones en las que todos interrumpen a todos, y todos hablan cinco, diez o cien veces. Y le llaman “resolver un problema”.
Cuando están en una habitación y hay silencio, se ponen nerviosos. Tienen que llenar el espacio con sonidos. Así que hablan impulsivamente, incluso antes de saber lo que van a decir.
A la gente blanca le gusta discutir. Ni siquiera permiten que el otro termine una frase. Siempre interrumpen. Para los indios esto es muy irrespetuoso e incluso muy estúpido. Si tú comienzas a hablar, yo no voy a interrumpirte. Te escucharé. Quizás deje de escucharte si no me gusta lo que estás diciendo. Pero no voy a interrumpirte. Cuando termines, tomaré mi decisión sobre lo que dijiste, pero no te diré si no estoy de acuerdo, a menos que sea importante. De lo contrario simplemente me quedaré callado y me alejaré. Me has dicho lo que necesito saber. No hay nada más que decir. Pero eso no es suficiente para la mayoría de la gente blanca.
La gente debería pensar en sus palabras como si fuesen semillas. Deberían plantarlas, y luego permitirles crecer en silencio. Nuestros ancianos nos enseñaron que la tierra siempre nos está hablando, pero que debemos guardar silencio para escucharla.
Existen muchas voces además de las nuestras. Muchas voces. “
Wabasha
A veces es necesario el sonido como lo es la semilla, y su función siempre es crear, ser fuente de vida y descubrimiento, ser luz que ilumine las sombras y permita ver con claridad. Jamás su intención debe ser herir o dañar.
Otras, cuando los oídos se cierran y los ojos no quieren ver, se impone el silencio y éste se hace oír desde dentro como un grito ante el que no es posible cerrar los sentidos, pues en el silencio se “siente” lo que no queremos escuchar. Hay silencios difíciles de soportar.
Pero para oír es necesario estar atento a lo que se escucha y cesar el parloteo interno propio, como para ver hay que contemplar con la mirada de un niño, y en ambos casos estar carentes de prejuicios. En caso contrario solo oiremos lo que queramos oír y veremos lo que queramos ver.
Son innumerables los rituales propios de la Noche de San Juan, que se conmemora la víspera del 24 de Junio
Los antiguos celtas llamaban Alban Heruin a este festival y su principal significado era el de celebrar el instante en el que el Sol se hallaba en su máximo esplendor, cuando duraba más tiempo en el cielo y mostraba su máximo poder a los hombres, y al mismo tiempo, el día en que empezaba a decrecer en el Solsticio de Invierno.
Para conmemorar y al mismo tiempo para atraer su bendición sobre hombres, animales y campos, se encendían grandes hogueras. Este festival se lo asocia a rituales destinados a obtener pareja o a conservarla.
Son innumerables los rituales propios de la Noche de San Juan, que se conmemora la víspera del 24 de Junio, pero todos giran en torno a la glorificación del fuego. De hecho, este es el festival del fuego por excelencia.
Realmente la noche del solsticio es la del 21 de Junio aunque la Iglesia la ha adaptado a la festividad de San Juan.
De igual forma, la presencia del agua es uno de los grandes símbolos de las celebraciones de San Juan que parece no tenerse en tanta consideración y que sin embargo, es una parte esencial de numerosos ritos de esta festividad.
El apelativo de "Verbena" a esta fiesta se lo dio la costumbre practicada en algunos lugares por las jóvenes casaderas de ir a recoger verbena a las doce de la noche en la víspera de San Juan, creyendo que con ello conseguirían el amor del hombre deseado por su corazón.
Otra de la creencias era que la pareja que saltaba unida la hoguera conseguía felicidad y buena fortuna.
Otra de las tantas costumbres es aquella en que las jóvenes arrojan guirnaldas trenzadas por ellas a sus amados a través de las llamas y ellos deben recogerlas antes de que caigan al fuego. Las guirnaldas se guardan como talismanes de buena fortuna y, ocasionalmente, se quemaba alguna cinta en el hogar para procurar protección de sus habitantes y animales.
Algunos grupos para finalizar las ceremonias se introducen entre las olas, comulgando por un corto tiempo con el mar y recibiendo de él toda su fuerza.
Antecedentes paganos a esta festividad es la celebración celta del Beltaine ( significa “fuego de Bel” o “bello fuego”) , que se realizaba el primero de mayo y era un festival anual en honor al dios Belenos. Durante el Beltaine se encendían hogueras que eran coronadas por los más arriesgados con largas pértigas.
El Ritual de la Noche de San Juan utiliza la magia de las velas para conseguir nuestros propósitos. Está formado por un altar, seis velas con los colores del Arco Iris, una vela color marrón, una vela negra de menor tamaño, un recipiente con agua de manantial y unas hojas de laurel.
Esparcimos alrededor del altar algunas gotas de agua siguiendo el sentido de las agujas del reloj de manera que cerremos un círculo completo. Luego encendemos las velas, primero la negra pronunciando la oración: "Esta vela representa la oscuridad que se inicia esta noche de San Juan y será vencida por la fuerza de la luz del Sol". A continuación encendemos las demás velas por orden de numeración y pronunciamos la segunda oración por cada una de las velas en el momento de encenderlas: "La luz del Sol, del Arco Iris, vencerá las tinieblas de la larga noche y todo mal pasado, presente y futuro será vencido".
Nos concentramos fijando la atención en nuestro propósito y si lo deseamos escribiremos en dos hojas de papel, en una lo negativo que quemaremos con la vela negra (o en la hoguera) y en otro lo que deseamos que suceda que guardaremos hasta la próxima noche de San Juan, recordando las oraciones, pensando que todo lo malo quedará eliminado, vencido, excluido de nuestra vida. Sentimos cómo la luz que sale de las seis velas del Arco Iris se funden en el blanco purificador del Sol empujadas por la fuerza que fluye de la luz de la Tierra, luz fértil y regeneradora.
Unidas las siete fuerzas comienzan a devorar la luz que procede del negro, de las tinieblas arrasando los males pasados, presentes y futuros. El lado oscuro que queremos destituir va sucumbiendo. Lentamente se impone la claridad. La luz domina sobre las tinieblas. El círculo se cierra, los hechos se han consumado. Visualizamos los deseos cumplidos encerrados en el círculo donde nadie nos los puede arrebatar, percibimos la alegría que nos produce caminar hacia lo saludable.
Luego, siguiendo las costumbres ancestrales, saltamos por encima del fuego como acto que culmina el definitivo cumplimiento de nuestros propósitos. Finalmente, si no disponemos de tiempo para que las velas se consuman por sí solas, las apagamos empezando por la negra y terminando por las de colores en el mismo orden en que las encendimos. El laurel que hemos utilizado en el ritual podemos colocarlo en cualquier lugar de nuestra casa porque de él seguiremos obteniendo la protección que necesitamos.
Con la culminación del Ritual de la Noche de San Juan hemos conseguido una vez más que la luz triunfe sobre las tinieblas, que el lado oscuro quede sepultado definitivamente bajo la espléndida luz blanca que acompaña todo lo bueno que a nuestro alrededor existe. Y ahora, alborozados, empapados de nuestros buenos deseos dejemos que nuestro ser sea capaz de rezumar y regalar la concordia y luz que hemos conseguido, al menos hasta la próxima Noche de San Juan.
Tradicionalmente se ha considerado que en dicha fecha las "fuerzas" espirituales se "liberan", el significado de "puerta de los hombres" que se da al solsticio de verano, alude a una apertura que permite el compartir libre, a los seres de los diversos reinos, con la humanidad. El momento es oportuno para dar gracias por los frutos de la tierra y contribuir al fortalecimiento del "Sol", por ello su asociación con las hogueras o fogatas, las cuales le representaban. Frente a ellas durante la noche solsticial se llevaban a cabo actividades diversas, tales como cantos y danzas, saltos alrededor del fuego.
El fuego todo lo transmuta, lo renueva, lo purifica, de ahí que las hogueras, las fogatas sostenidas durante la noche hasta el amanecer del nuevo día, contribuían a la purificación de los presentes y del entorno, dotándolos de LUZ para que el siguiente semestre, hasta el solsticio de invierno se diera abundancia, se fuese fecundo, hubiera armonía y bienestar.
En las creencias sobre el solsticio de diversas culturas, se pensaba que en especial esa noche todo era propicio para destruir "hechizos", liberarse de ellos frente a la hoguera, junto a la fogata. Además de propiciar diversas cosas: la buena salud, la revelación de hechos futuros, en especial a la mujer la oportunidad de "ver" a su futuro marido, son numerosos los aspectos mágicos atribuidos a esa noche, trasladada posteriormente, con el cristianismo a la noche de San Juan.
El Solsticio de verano es sagrado para la diosa Epona. Ella es la Diosa Madre de los frutos de los campos y los huertos, y representa la abundancia. Para los antiguos celtas el Solsticio se celebraba en el entorno de una hoguera, alrededor de la cual se danzaba durante toda la noche. Cuando el fuego quedaba reducido a brasas, se cocía masa de pan fresca, que era compartida por los danzarines con el alba como augurio de buenos deseos para el nuevo año".
“En cualquier actividad, es necesario saber lo que se debe esperar, conocer los medios de alcanzar el objetivo y la capacidad que tenemos para la tarea que nos hemos propuesto”.
“Sólo puede decir que renunció a los frutos aquél que, estando así pertrechado, no siente ningún deseo por los resultados de la conquista, y permanece inmerso en el combate”.
“Se puede renunciar al fruto, pero esta renuncia no significa ser indiferente al resultado”.
La estrategia es de Mahatma Gandhi. El guerrero de la luz escucha con respeto, y no se deja confundir por aquellos que, incapaces de alcanzar ningún resultado, viven predicando la renuncia.
Géminis: 5/21- 6/20
Eres un pensador rápido e inteligente. Le caes bien a la gente porque eres bisexual. Normalmente esperas mucho a cambio de muy poco. Esto te convierte en un agarrado bastardo de mierda. Los géminis son conocidos por sus impulsos incestuosos. Me daría vergüenza ser géminis.
Ala! Que vaya bien la semana! jeje